Relaciones cliche
RELACIONES
26092018·81029062
Relaciones Cliché
Cuento Corto
Coincido con alguien, me encuentro en este instante, percibo mi intensidad, mi vacío creativo, mi presencia. Surge la oportunidad de abrazarme y experimentar lo incondicional de mi naturaleza. El ego se disuelve en este íntegro momento, pero la ignorancia de mi razón enciende la alarma: Peligro!!! Peligro!!! Desintegración!!! Desintegración!!! E interpreto este vacío como carencia, creo abismos, miedos, personalidades, condicionamientos, expectativas y surge la inquietud, la acción, gesto, palabra.
“Hola, ¿Cómo estas? Bién, mal o en el mejor de los casos Muy bien. Acá andamos…, no me puedo quejar… de camino al trabajo… vengo del super… y así hasta que el repertorio lo permita…”
Respuesta cliché? Pegunta cliché? Relación cliché
En estos términos mi relación no es más que una pantomima tan vivida como ilusoria. Un mecanismo de socialización autómata que aborta mi singularidad creativa en post de carentes herencias sociales, por las que me someto a respuestas egoicas y reacciones (re-acciones). Volver a actuar, desconociendo que es precisamente la acción la que me aparta de la fuente de amor incondicional en mí, me aparta de la expresión lumínica del presente que se manifiesta espontaneo.
El vínculo que genera una pregunta implica una respuesta o no respuesta, esta condicionado en sí mismo porque nació de la inquietud del ego que busca distracción en o a través del otro, busca una respuesta que le permita responder, una re-acción que le permita re-accionar de otra manera no tendría sentido su existencia.
Mientras que el vínculo de inter-acción que genera la apertura, el silencio, el sentirse a uno mismo en compañía, de descubrirse en comunidad (com(o)unidad) hace que en lugar de buscarme en el otro me encuentre en el otro, sin pretextos, sin excusas, sin condicionamientos, siendo ambos, siendo uno, siendo ninguno.
Un ¿Cómo estas? Libre de contraindicaciones, sin coacción, que me sitúa en el origen, en el centro de mi existencia e invita a experimentar la perfección del encuentro, a abrazar mutuamente nuestra singularidad, un vínculo genuino fruto de la gratitud hacia la vida, un ritual de conciencia en honor de nuestra existencia.